CORRER de Jean Echenoz



MIS FRASES FAVORITAS de 

"CORRER

de JEAN ECHENOZ

por Fernando G. Mancha



"No le gusta el deporte, máxime porque su padre le transmitió su propia antipatía por el ejercicio físico, el cual no es a sus ojos sino una pura pérdida de tiempo y sobre todo de dinero".

“Siempre quiere saber hasta dónde puede llegar”.

"Viljo Heino, a quien llaman el prestigioso corredor de los bosques profundos (...), el hombre silencioso y relajado que revolucionó el arte de la carrera rechazando las florituras de estilo para buscar sistemáticamente el menor esfuerzo".

“Emil podría estar satisfecho de sí mismo pero, como siempre, no lo está. Todo eso le ha recordado que debe correr más rápido, organizar mejor sus fuerzas, reservar la energía para el final y, sobre todo, estudiar con atención la táctica de sus adversarios para mejorar la suya”.

“Hay corredores que parecen volar, otros bailar, otros desfilar, otros parecen avanzar como sentados sobre las piernas (…) Emil, nada de todo eso. Emil parece que se encoja y se desencoja como si cavara, como en trance (…) rostro crispado, tetanizado, gesticulante (…) un rictus que resulta ingrato a la vista (…) la lengua fuera intermitentemente, como si tuviera un escorpión alojado en cada zapatilla de deporte (…) todo su cuerpo se asemeja a un mecanismo descompuesto, dislocado, salvo al armonía de sus piernas, que muerden y mastican la pista con voracidad”.

"Corres raro pero no corres nada mal, le dice".

"Mientras corre parece un boxeador luchando contra su sombra".

“No tengo suficiente talento para correr y sonreír a la vez, reconoce Emil. Correré con un estilo perfecto cuando se valore la belleza de una carrera según un baremo, como en el patinaje artístico. Pero yo, de momento, lo que tengo que hacer es correr lo más rápido posible”.

“Algún día se calculará que, sólo entrenándose, Emil habría dado tres veces la vuelta a la Tierra”.

"Yo soy mi propio médico".

”El apellido Zátopek (…) comienza a restallar universalmente con sus tres sílabas ligeras y mecánicas, despiadado vals de tres tiempos, ruido de galope, zumbido de turbina, repiqueteo de bielas o de válvulas acompasado por la k final, precedido por la z inicial que ya corre mucho: hace uno zzz y todo corre mucho, como si esa consonante fuera un juez de salida. Por otro lado, esa máquina está lubricada con un nombre fluido: la lata de aceite Emil engrasa el motor Zátopek”.

"... los monos parecen malos, atormentados, amargados, perpetuamente ofendidos, resentidos por haber dejado escapar la humanidad por un pelín".

"Estoy contento, declara Emil, pero siento que un joven no me haya vencido. Los jóvenes aman más que yo la victoria".

"El mecanismo falla primero en los detalles, una rodilla que afloja un poco a la izquierda, una punzada en el hombro, un inicio de calambre en la pantorrilla derecho, y rápidamente se cruzan los dolores y los problemas, se conectan en una red hasta que todo el cuerpo se descompone (...), el espectáculo de una zancada rota, mal escuadrada, inconexa, y pasa a ser un autómata lívido y desarticulado, cuyos ojos de hunden y se orlan de círculos cada vez más profundos".